De a poco...

Dije que no hablaría de sentimientos, ni buenos ni malos, así que, por aquí, te diré que mi pecho se llena al mirarte dormir; al ver tu cuerpo desnudo cubierto con el edredón con el que nos hemos cobijado mil veces tras hacer el amor y, aun, al escuchar tus ronquidos, esos de alguien perdido en un sueño profundo, tan profundo como lo que mi pecho siente.

Poco a poco. Sé que será así. Y te lo agradezco con sinceridad. Gracias por el tiempo extra, por los minutos regalados, los cuales me servirán como bálsamo para transformar lo que siento hasta que, poco a poco, desaparezca.

Te amo más allá de donde viene la lluvia, y te amo más allá de donde se evapora.

Buen día, mi día.

Te amo para siempre, González.